LA OBEDIENCIA Y LAS LEYES

 LA OBEDIENCIA A DIOS Y LAS LEYES DIVINAS

Muchas personas tienen la convicción, de que para ser obedientes a Dios necesitamos de leyes que nos digan que hacer o dejar de hacer, sin embargo, esta no es lo que significa ser obedientes necesariamente.

TUVO JEHOVÁ DIOS  EL PROPÓSITO DE DARNOS UNA CANTIDAD INFINITA DE LEYES Y DECRETOS.

Jehová Dios nunca tuvo el propósito de darnos una cantidad muy grande de leyes y decretos para obedecerlas, recordemos que incluso el señor Jesucristo, condenso toda la ley mosaica en solo dos mandamientos.

Amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo, es la síntesis de la ley, así es, Jehová Dios desea que hagamos lo bueno por amor, no por seguir friamente una determinada ley.

Este asunto tan importante lo entendio el apóstol Pablo, quien reconocio que la ley, nos ayuda a conocer el pecado, pero que el objetivo es que nosotros actuemos bien por amor a nuestro Padre Celestial.

1 Timoteo 1: 9, 10

JEHOVÁ DIOS ESTÁ INTERESADO EN QUE LOS PECADORES SE SALVEN

Jesús escoge a Pablo 

Que podemos hacer si antes de conocer a Dios, cometimos muchos pecados, en tal caso, tenemos que entender que Jehová Dios no nos condena necesariamente por nuestro pasado, sino por lo que estamos dispuestos a hacer después de conocerlo.

El apóstol Pablo, citó su ejemplo, debido a haber sido educado como un fariseo devoto, cometió muchos pecados contra Dios, creyendo que hacía lo correcto, aprobó la muerte de Esteban, un siervo leal de Dios.

Posteriormente persiguió a los cristianos, arrastrándolos desde el interior de  sus casas y llevándolos a prisión, de una manera cruel e insolente, a tal punto que recibio autoridad de los principales sacerdotes debido a su celo.

Fue el señor Jesucristo, quien en un acto de gran misericordia le hablo cuando iba a Damasco, dejándolo ciego temporalmente, lo que convencio al apóstol de que estaba equivocado y debía cambiar su derrotero de vida.

Por las experiencias que el apóstol Pablo pasó, estaba conciente que Jehová es grande en misericordia y se ponía como ejemplo del gran amor divino al haberle perdonado sus pecados del pasado.

1 TIMOTEO  1: 15

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