<h1> BUSCANDO LA APROBACIÓN DE DIOS PRACTICANDO LA HONRADEZ</h1>

Que es la honradez y como podemos buscar y obtener la aprobación de Dios al practicarla

La honradez, implica actuar con dignidad, tener una conducta intachable, es decir,  la persona honrada actúa con dignidad y respeto tanto en sus acciones como con sus palabras.

Jehová Dios el mayor ejemplo de honradez.

Jehová Dios es el mayor ejemplo de honradez, pues el es el Dios de la verdad, sus promesas por muy increíbles que puedan parecer a los ojos de los seres humanos, siempre se sustentan en la verdad ya que el hace que se cumpla siempre.

Nuestro señor Jesucristo que es la persona que mejor conoce a Jehová por ser su hijo primogénito y unigénito, declaró en Juan 17:17 " Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad." Si analizamos con cuidado, los términos empleados por el señor Jesucristo, entenderemos mejor el asunto, así que tenemos por una parte, que Jesús solicita que sus discípulos sean santificados o hechos santos, el termino implica limpieza, la palabra santo aduce a limpieza, física, mental y moral, lo que nos permite concluir, que ser santos es actuar de acuerdo a las normas limpias y santas de nuestro Creador el Dios de la verdad de la honradez.

Jehová Dios exige que sus siervos sean honrados

El punto de vista de Jehová Dios respecto a la honradez la encontramos en el Salmo capítulo 15, este salmo es uno de los salmos mas cortos, pues solamente tiene cinco versículos, sin embargo nos explica detalladamente todo lo que abarca actuar, pensar y sentir con honradez. como por ejemplo, nos explica que la honradez implica hablar la verdad en el corazón, el centro de nuestros sentimientos, pensamientos y motivos, es decir, que se va a la raíz del problema, mostrando que la honradez debe practicarse desde los más profundo del corazón.

Prácticas que denotan falta de honradez y nos traen la desaprobación de Dios

Entre las prácticas que denotan falta de honradez, tenemos: la mentira, la calumnia, la estafa, y el robo.
La mentira, consiste en decir algo falso a alguien que tiene derecho a saber la verdad. En la mentira está incluida la manipulación o distorsionar los hechos para confundir a alguien, omitiendo detalles clave con la finalidad de engañar o exagerar los hechos para dar una falsa impresión.
El punto de vista de Jehová sobre la mentira, se encuentra en su palabra la Biblia, por ejemplo, en lo que dice Proverbios 3:32, " Por que el sinuoso es cosa detestable a Jehová, pero el tiene intimidad con los rectos."
Un ejemplo, de personas sinuosas, es decir de personas que actúan con engaño, lo tenemos en el relato verídico de Ananías y su esposa Safira, quienes actuaron con engaño al hacer una donación de sus bienes sosteniendo que estaban donando todo lo que habían vendido cuando no era cierto, es claro que exageraron tratando de parecer más buenos y nobles de lo que realmente eran, esta claro que su objetivo al donar era lucirse ante los demás, cuando ni siquiera tenían la obligación de donar, el castigo por tan tremenda falta de honradez fue la muerte para ambos esposos, Hechos 5: 1 - 11.

La mentira adopta diferentes formas de acuerdo con los objetivos que persigue, así tenemos, que la calumnia, es mentir con el propósito u objetivo de dañar la reputación de una persona. El punto de vista de Jehová Dios lo encontramos en Proverbios 16: 28, "El hombre de intrigas sigue enviando contienda, y el calumniador está separando a los que se han familiarizado entre sí."

Otra de las formas en que se manifiesta la mentira, es mediante la estafa, la estafa consiste en valerse de engaños para que una persona entregue su dinero o sus posesiones, la Palabra de Dios condena la estafa por ejemplo en Proverbios 14:31, dice:"El que defrauda al de condición humilde ha vituperado a su Hacedor, pero el que le muestra favor al pobre lo glorifica."

Otra forma de falta de honradez, es el robo, que consiste en tomar lo que pertenece a otro sin su permiso, Jehová Dios condena el robo, es más los que pratican el robo y no se arrepienten no heredaran el Reino de Dios, es decir no lograrán alcanzar la vida eterna, 1 Corintios 6: 9, 10.